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Hotel Mondrian, Miami
Tímidamente y de manera intuitiva, en un puñado de hoteles boutique, tiendas, espacios sociales y hogares, está asomando una nueva tendencia, que apostamos marcará punta muy pronto. Con la subjetividad que nos caracteriza, decidimos bautizarla DECO-EMOCIONAL.De qué se trata? De volver a lo primitivo, de crear sensaciones que nos conecten a lo maternal. Espacios amigables, cálidos, protectores. Lugares donde nos sentimos contenidos y contentos. Con formas curvas que nos remitan al cuerpo. Materiales sólidos con peso propio. Textiles con cuerpo y caída.
ACE Hotel, Palm Springs
La decoemocional es producto de los complicados tiempos que nos toca vivir, signados por amenazas reales, inventadas o infladas. Llámense epidemias, pesticidas, contaminación, inseguridad, prensa amarilla, violencia, y otros largos etcéteras, disparadores de nuestro barómetro de intranquilidad y nuestro deseo de blindarnos de ese “afuera” percibido tan violento. Alarmas, rejas, blindajes, garitas, cámaras, policía privada, comunidades cerradas. Todos estos no hacen más que potenciar la idea de que vivimos rodeados de enemigos.
ACE Hotel, Palm Springs
Un par de diseñadores de interiores captó esta necesidad y empezó a dar respuestas para paliar esta sensación de fragilidad humana. Ya en su maravilloso libro “Home is where the heart is”, la exquisita diseñadora Ilse Crawford, decía:”Necesitamos que nuestros hogares nos ayuden a sentirnos menos vulnerables, a sentirnos mejor, a sentirnos bien. Necesitamos que nos provean de tiempo, de espacio, y de la seguridad que nos está faltando”. Terence Conran, otro peso pesado del diseño, trabajó su nuevo emprendimiento hotelero-gastronómico The Boundary, con las claves de la deco emocional a través del uso de piezas vintage que marcan un pasado, sillones de respaldos que contienen las espaldas, géneros.patchwork que remiten a los emparches en tiempo de crisis. Del otro lado del océano, Roman Alonso -factótum del hip hotel Ace de Palm Springs), y Grayling Design (creadores del The Greenwich Hotel de Robert De Niro), también captaron esa sensación de fragilidad humana y han redoblado su apuesta, creando hoteles más acogedores. Con interiores que se asemejan a un hogar. Rincones donde sociabilizar, en un marco más placentero y protegido. Estos espacios ofrecen una sensación de alivio, no bien cerramos la puerta.
ACE Hotel, Palm Springs
En esta nueva apuesta, hay algunos puntos que se pueden aplicar, tanto en hoteles, tiendas como en nuestros propios hogares. Estos son algunas propuestas de deco-emergency por The WOW FACTOR:
OHtel, Nueva Zelanda
- Usar el vintage pero bien dosificado. El color del tiempo, las piezas con historia, ofrecen una sensación de mayor seguridad. Pero no se trata de lograr un espacio que parezca la casa-museo-de-nuestras-abuelas. La gracia está en la mezcla de lo viejo con lo contemporáneo. Es importante, siempre, lograr un balance.
- Las curvas: Bienvenidas sean estas formas, mucho más sensuales que la línea recta. Cuanto más voluptuosa sea la silueta del mueble (y más parecida al cuerpo humano), menor es nuestra sensación de vulnerabilidad.
Residencia Notting Hill, por Ilse Crawford
- Pieles, cueros o alfombras de lana: tiradas sobre un frío piso de cemento alisado, o sobre un sillón minimalista, ofrecen calor y calidez. Glamour primitivo inmediato.
- Textiles: Tweed y terciopelo, franela y corderoy, escoceses y lanas. Anímese a tapizar sillones, sillas y taburetes con estas telas con fuerte personalidad.
The Boundary Hotell, Shoreditch UK
- Sumar rincones íntimos: La privacidad emocional está conectada con los pequeños espacios que permitan estar a solas. Recurra a lo que tenga a mano como separadores, sean cortinas o bibliotecas.
Citizen M Hotel, Amsterdam
- Muebles extra large: Elija piezas con respaldos altos (con mayor altura que la espalda humana). Formas anchas y envolventes que nos abrazan. Como los sillones Jacobsen (por ejemplo, el modelo Egg de los 60, ideado para proteger al que se sienta “dentro” de él) o los bergères.
The Boundary, UK Grand Hotel, Estocolmo
- Adiós a los ambientes fríos: Los ambientes gélidos aumentan la sensación de vulnerabilidad. Aunque con cualquier sistema de calefacción se logran temperaturas agradables, nada como la chimenea encendida para desencadenar sensaciones más evocativas. También los pisos calentitos estimulan los receptores del pie, despertando mayor sensualidad y bienestar, y deseos de “permanecer” en un lugar.
Distrito Capital Hotel, México DF
- Psicología del color: Como en todo, hay que logar un equilibrio en la paleta de colores. El blanco, asociado con la higiene, trae calma y relajación. Es la base ideal para sumar otros tonos más cálidos. El amarillo, tan de moda este verano, provoca una mayor sensación de seguridad e ilumina el interior. El azul transmite calma y predispone a un sueño profundo. El verde es también calmante y relajante, color antiestrés por definición, despierta la pereza y la comodidad. El rojo se reserva para los espacios con mucha actividad, como las cocinas o salas de juego. El rosa suaviza y calma las emociones, provocando una sensación de calidez y de contención. El naranja funciona como un antidepresivo, otorga comodidad y calidez.
- La iluminación: es uno de los elementos claves. Mata pasiones o despierta sensaciones ultraplacenteras (nada como la luz de vela). Hay que trabajarla por sectores, puntuales y generales. No hay términos medios. Demasiado luz, inhibe. Poca deprime.
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