Nuestra casa es el lugar en donde estamos cómodos y en donde acopiamos recuerdos, que forjan y permiten crear nuestra identidad.
Las imágenes de la casa están en nosotros porque nosotros estamos en ellas.
Hay una tendencia a un estilo que definen los decoradores como "showroom", casas que parecen armadas para una exposición, donde casi no hay rastro de objetos personales, recuerdo de un mueble de familia, una casa en donde los espacios se vea que es vivida por los dueños. Tampoco crean que con esto estoy diciendo que aliento el caos, sino todo a su justa medida, tiene que lograrse que la armonía visual y la vivencia convivan.
Las casas son como una segunda piel y cada mueble, cada objeto, tiene una historia, un lugar y un sentido, como retratos adquiridos en ferias de antigüedades, o subastas o objetos de recuerdos de viajes...
También es interesante cuando restaurarnos un objeto le agregamos el toque personal para que se transforme en algo propio.
La verdad que algunos interiores se hacen con mezclas increíbles de estilos logrando un contraste que resulta muy agradable.
En síntesis la decoración de una casa es el espejo de quien la habita y, si miras bien tu casa o la de un amigo o ser querido, vas a ver que la decoración dice mucho de la persona... y cómo se muevo por la vida.
