


La estructura se sitúa sobre unas vigas que permiten su desplazamiento en función de la subida de la marea de forma que siempre quede a pie de mar.

La parte original la aporta la fachada abatible que proporciona una maravillosa vista desde las dos plantas.


Un sencillo y cómodo interior que queda en segundo plano frente al espectacular enclavamiento.







Los privilegiados que gocen de este espacio deben de tener la sensación de encontrarse a la deriva en mitad del mar. ¿Os imagináis el sonido nocturno de las olas?

Fotos blog http://cosasdepalmichula.blogspot.com.ar/2012/06/casa-trineo-en-nueva-zelanda.html
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